MIS OJOS LLORAN POR TÍ

Por: Nilse Ximena Vargas Pérez

TERAPEUTA FAMILIAR SISTÉMICA

ESPECIALISTA EN ADOLESCENTES 

Katherine mira al vacío mientras explica en la sesión que su vida siempre ha estado rodeada de amor, con muchas privaciones y esfuerzo de sus padres por darles lo mejor, pero ellos han sabido darle la ternura y confianza suficiente como para saber enfrentar situaciones dificiles de la vida. Refiere que como hijas, ella y sus hermanas supieron valorar el esfuerzo de sus padres y superarse en sus estudios procurando la excelencia inclusive en la universidad donde estudian todas.

"A mí no me importaba no tener mucho dinero, porque aunque mis padres no nos daban todo, ellos siempre estaban felices, siempre se llevaban muy bien, se mostraban mucho cariño en la casa, yo veía algo genuino en ellos......era una mirada de ternura que tenían uno por el otro, sobre todo mi padre con mi mamá, aunque ella era más estricta y un poco más renegona, él la quería, le tenía paciencia y la cuidaba con esmero..... de él aprendí a valorar los libros, de ella a ser perseverante y constante". 

"Por años he soñado con tener un amor así, con vivir un amor así, no me preocupaba apurarme por tener enamorados, sabía que cuando él llegara a mi vida, yo sabría hacer lo mismo que mis padres hacían : amarse de verdad".

Fija en el vacío otra vez, llora silenciosamente, cierra los ojos y poco a poco desfallece en el sillón, dejando caer su cuerpo hacia un lado, un largo llanto, sereno, callado.

Ella acudió por depresión, relacionada con una historia de amor según su historia "de novela", en la cual conoció a su "príncipe" añorado, fue conquistada por una "dulce" mirada y "suaves" palabras que la hicieron soñar con vivir un amor similar al de sus padres.

"¿Sabe?, mis padres son del campo, y la gente a veces piensa que en el campo la gente no sabe amar ni expresarse físicamente su amor, tal vez tuve padres diferentes, mi padre leía, mi madre conversaba mucho, eran diferentes tal vez, pero yo veía amor y éso quiero para mí, quise, quiero, en realidad, no sé ya".

Conoció a un muchacho otaku, cuya forma de vida fue diferente a la suya, con una madre muerta y un padre alcohólico y torpe, y distanciamiento entre hermanos. Fue su semblante triste y dulce lo que la llevó a enamorarse, como si reviviera y repitiera una historia de amor conocida (la de sus padres). Pero desde el principio se veía en situaciones donde ella era quien siempre tomaba la iniciativa para conquistarlo, para mantener la relación, sin cansancio, perseverante, porque lograba conseguir buenos momentos, recuerdos inolvidables.

Pero el rechazo de él siempre estaba cada día, le pedía que no lo quiera, que el no sabía amarse ni a sí mismo y mucho menos a nadie. y poco a poco empezó a maltratarla verbalmente, a rechazarla físicamente, bloqueando sus redes, alejándose de ella.

"Yo no sé vivir así, no sé entender el amor de otro modo que no sea dar y dar".

En las sesiones terapéuticas no se ahonda el problema, se busca indagar con ella una diversidad de eventos de vida en los cuales ella siempre logró salir adelante y vencer retos; se busca que identifique la diferencia entre amar sin buscar maltrato y el amor nostálgico e idílico que dice haber visto en sus padres, se la ayuda a identificar los momentos en que en la relación de sus padres alguno sometió al otro y las pautas de desvinculación afectiva que ella requiere establecer para no crear un amor dependiente y enfermo. Son sesiones puntuales y precisas, en las cuales ella va logrando comprender que su forma de amar es idealizada, que la forma de ser tratada ella puede refrenar con acciones simples y lo va haciendo, cuenta eventos en los cuales con la suavidad que la caracteriza logró poner límites al enamorado y finalmente lo dejó de buscar.

Katherine empieza a sonreír, ha logrado darse cuenta que los apegos dependientes y ansiosos no son ni serán parte de su vida, descubre que miró de nuevo el amor de sus padres y vió realidades más claras que la hacen saber que amar no es aferrarse, es saber dejar ir a quien no desea ser amado  quien puede herir sin miramiento, ha recuperado en sí un amor más grande que cualquier otro, el amor por sí misma.

CONSULTORIO DE ATENCIÓN TERAPÉUTICA. CENTRO DE TERAPIA DE PAREJA Y FAMILIA "GRUTERFAM" (4505227- 706925750) Lic. Esp. Nilse Ximena Vargas Pérez