A VECES UNO DEBE HUÍR DE TANTO "ESTRÉS"

Por: Nilse Ximena Vargas Pérez

(Psicoterapeuta de adolescentes y sus familias)

            "Es como vivir en una prisión de tamaño miniatura, todo es observado, el control es brutal, todo lo que hago es censurado, no puedo tener amigos porque ella supone que "me van a echar a perder", controla mi celular y todo lo que escribo por whatsapp, revisa mi cuarto hasta el más mínimo detalle, envía a que mi hermano controle todo cuando ella está trabajando, y a pesar de que le cuento las cosas que hago mal, ella me dice "te entiendo" y luego me lo echa en cara y me dice que no confía en mí".....

En familias desestructuradas, donde suele quedarse un solo progenitor a cargo, por lo general la madre, algunos estilos de comunicación se muestran disfuncionales desde la infancia, pues son o absolutamente negligentes con padres con poca o nula autoridad y muy permisivos, o por el contrario son absolutamente controladores y reflejan un semblante de funcionalidad aparente, o tal vez, los niños, las niñas, por su vulnerabilidad frente a la imposibilidad de la rebeldía y el temor al rechazo o desamor, terminan obedeciendo y mostrando sumisión en sus conductas.

Hasta que un día...... surge el ciclo vital más aterrador para algunos padres, ése que es el peor comprendido y mal juzgado que es la adolescencia, entonces el adolescente simplemente vive lo que por derecho le corresponde vivir: la caída de ideales paternos, la pérdida de fe en la sociedad, el agrupamiento y masificación a veces con pares con quienes comparte un lenguaje, una ideología, su propia expresión de rebeldía, su mundo que se hace primordial y preponderante antes que la familia de origen.

A ello se suma una realidad única del adolescente de hoy: 

LA ADOLESCENCIA MODERNA NUNCA FUE, ES Y SERÁ MÁS DIFERENTE QUE CUALQUIER ADOLESCENCIA PRECEDENTE. 

Antes no había internet, no habían redes sociales, no existía tanto consumismo que obliga a las familias a buscar "tenerlo todo" y en ello descuidar el valor de pasar tiempo con los hijos, particularmente no creo en los "tiempos de calidad", creo en el tiempo real, el aquí y ahora que me dice que "sólo hoy puedo conversar, conocer, divertirme, explorar el mundo de mi hijo, de mi hija adolescente".

      "Yo una vez me venía solo del colegio, y se acercó Pedro, caminamos juntos y me ofreció "perlitas", así le llamaba a unas bolitas diminutas de marihuana, tomé una y me sentí tan bien, llegué a mi casa y me percaté que los gritos de mi madre por haber llegado tarde, sus reclamos por estar con amigos, no me afectaban...... días después, ella estaba otra vez torturándome con sus palabras, el estrés era tanto que recordé las perlitas, salí a buscar al amigo y me dió una pipa casera y así aprendí a hacer mi propio preparado de marihuana, la usé mucho tiempo, sin salir de mi casa, en mi cuarto, hasta que ella que todo lo ve me revisó de frente y me halló con ojos rojos, revisó mi cuarto, encontró la pipa y la bolsita de marihuana y me golpeó, me dijo de todo"....

Los caminos que recorren los adolescentes de hoy son más riesgosos que en cualquier otro tiempo y por lo mismo requieren de  padres mucho mejor capacitados en manejar las realidades de ellos; no es la amenaza, la presión, el control ni quitarles cosas lo que hará que paren las experiencias. 

En sesiones de terapia con ellos: los adolescentes,  se busca ver la funcionalidad que tiene la droga en ése preciso momento, pero también conocer la diversidad de experiencias de riesgo en las que se sumergen.

"Dejé la marihuana porque en el colegio me pillaron, vino el policía, me expulsaron, en fin...... fui castigado por los chicos que me daban la droga, me amenazaron, se alejaron de mí; ella al inicio me ayudó, pero empezó a privarme más cosas, cerró mi cuarto y puso mi cama en una habitación cerca a la de ella, ya no tengo cuarto, igual buscaba desestresarme con todo lo que aprendí de mí en mi terapia, buscaba la música, escribir mis sentimientos, mi hermano halló lo que escribí y se enojó porque escribía tantas cosas llenas de ira, mi madre me quitó el celular y la música y me dijo que "escuchara la radio", sentía tanta ansiedad, tanto estrés, ganas de llorar, de gritar, busqué el deporte, pero ella no quiere que vaya a jugar con "malos amigos", me ofrecieron refresco y estaba mezclado con alcohol, tomé y lo escupí y me golpearon por éso.... mi madre me olió apenas llegué y me volvió a tratar mal....(llora).....

Cuando tienes 15 años y tus padres suponen que cercar tu mundo es la solución, sólo tienes pocas opciones terapéuticas, pero aprovecharlas al máximo es lo único que puede funcionar en un modelo de terapia breve; a veces, buscar alianza terapéutica con los padres no funciona, a veces, debes realizar un trabajo de emergencia en la búsqueda de la mayor cantidad de recursos que tiene el o la adolescente, que aprenda a usarlos, que sepan que las presiones continuarán viniendo, que le ofrecerán nuevamente drogas, alcohol, otras conductas de riesgo a las que a veces se aferran por diversidad de razones. 

Pero él, ella, pueden mirar muy dentro, buscar sus historias extraordinarias, buscar sus recursos de afronte, buscar aquello que a pesar de todo aman de sí mismos y poco a poco, salir, emerger en medio de su miedo, creer en sí.

SESIÓN FINAL: "ni modo, ella no cambiará, cuando no es así de injusta conmigo, puede ser una buena madre, a pesar de todo lo es; yo estoy aprendiendo a no sentirme tan estresado al punto que quiera usar drogas, estoy viendo que puedo estar más calmado, no dar tanta prioridad a lo que ése rato ella dice, duele menos cada vez, y como usted dice: "sin enfriarme, sin hacer que "me valga", sin afectar mi crecimiento, mi personalidad, no me victimizo, no me "enfrío", sólo que tal vez el estrés pueda manejarlo mejor, a veces subo a mi cuarto y encuentro algo de paz, a veces busco estar solo y calmarme pero también sé que me encanta tener amigos y de algún modo lo lograré".

La modernidad del adolescente viene acompañada de alcohol, drogas, fiestas sin freno, experiencias de riesgo que vienen de  los grupos de amigos, del internet. 

En terapia sistémica, cuando la familia no es parte de  la solución, la encuentras en los recursos propios de cada muchacho o jovencita que acude a terapia, cuando aprenden a saber que "no es huyendo", "no es evadiendo la experiencia", sino conociendo sus aptitudes y amor propio que les permite marcar la diferencia en las experiencias vividas y no llegar a convertirse en "adictos", en personas "sin rumbo", en desarrollar autonomía de decisiones y no ser "la oveja negra" de  la familia como suelen decirle al gentil y sincero Oscar, que hoy tiene 15, pero que al salir de terapia en su sesión final muestra mayor comprensión de sí, mayor amor por quien es y sinceridad total al saber que no se trata de "dejar" cosas y experiencias sino de saber porqué las hará y cómo las puede dimensionar estando solo, o como repite él como aprendizaje de su terapia: "dejar de vivir en círculos viciosos y abrirse hacia círculos virtuosos" aunque lo haga sin mucha ayuda familiar, 

CENTRO DE PSICOTERAPIA DE PAREJA Y FAMILIA: GRUTERFAM

Tumusla esquina General Achá, edificio Jhulises, piso 2

Telf: 4505227- 76925750-77491468